El eterno debate de la unidad anarcosindicalista...


El IV Congreso de Solidaridad Obrera ha lanzado una propuesta para crear un espacio de unidad formado por todas las organizaciones que nos reclamamos del anarcosindicalismo [CNT-AIT, CGT y CNT de Catalunya (desfederada)]. Esta propuesta ya ha sido tramitada a todas las organizaciones. Desde esta web publicamos la ponencia de S.O., simplemente para fomentar el debate confederal y libertario, que cada uno exprese su opinion... Participa en el debate a traves del foro... Creemos que dicha propuesta debe ser conocida y debatida por la militancia y la afiliación de los distintos sindicatos, y por los trabajadores en general, por ello exponemos el acuerdo de relaciones externas en su totalidad. Acuerdo de Relaciones Externas IV Congreso


TRABAJANDO POR LA UNIDAD

Desde los inicios de Solidaridad Obrera la búsqueda de la unidad ha sido una constante en nuestra trayectoria y aunque ha habido avances en los últimos años, la situación de división, atomización, sectarismo, y en muchos casos enfrentamiento sigue siendo la norma entre las diversas organizaciones que nos reclamamos anarcosindicalistas [CGT, CNT-AIT, CNT- Cataluña (desfederada), Solidaridad Obrera] y entre las organizaciones y coordinadoras que se reclaman del sindicalismo combativo y asambleario (AST, CTA, CAT, PS, CSM, IA, AIC, etc.). A nuestro juicio todas esas realidades deberían conformar en la actualidad una única organización anarcosindicalista plural del peso y tamaño que tenía la CNT durante la segunda república, si bien somos conocedores de los rechazos que tal propuesta cosecharía en la practica totalidad de cada una de las organizaciones. Para hacer más fácil y entendible nuestro mensaje unitario debemos mantener dos frentes, uno en el terreno propiamente anarcosindicalista del que nos ocupamos en esta ponencia, y otro más heterogéneo y distante ideológicamente en las coordinadoras y organizaciones del sindicalismo combativo y asambleario en el que participamos desde los llamados “encuentros sindicales” de los que se han venido celebrando los terceros en este año 2004 y desde la Sección Sindical de Metro en la Coordinadora Sindical de Madrid. En este caso nos ceñimos únicamente al campo anarcosindicalista, por ser nuestra práctica y por sentirnos más responsables de su división actual y de que prosiga perpetuándose en el futuro. La raíz de esta división no está cercana pues surge tras la derrota en la guerra y revolución de 1939, se acentúa y arrastra en el largo exilio y resurge, bajo otras formas y argumentos, en la llamada transición democrática. Ahora bien, si la inmensa mayoría de los actuales militantes y afiliados de las diversas organizaciones no somos responsables del inicio de esta división, si lo somos de su mantenimiento. Recuperar la unidad revolucionaria perdida, podría ser nuestra principal aportación al movimiento obrero de cara a un futuro mejor para nuestro ideal. En este sentido y con esta intención se elabora esta propuesta que precisamente por ello pretende ser abierta y flexible a las aportaciones, variaciones y cambios que entre todas las organizaciones se puedan aportar.

LAS RAICES DE LA DIVISIÓN

El anarcosindicalismo y el movimiento libertario se vuelcan en la lucha tras la militarada fascista de Franco y sus aliados interiores (Militares, Iglesia, Falange, Carlistas) y exteriores (Hitler, Mussolini, Salazar) con la ayuda de las democracias Británica y Francesa de la “no intervención”. Durante la guerra civil los militantes y afiliados se dedican a luchar en el frente, en las colectivizaciones, etc. dejando de funcionar los sindicatos como tradicionalmente venían haciéndolo por razones obvias. Las decisiones y acuerdos eran adoptados por los Comités locales, regionales o nacionales. Esta práctica comiteril continuó tras la derrota, tanto en el exilio como en el interior. Se inventaron comités hasta Intercontinentales y ya en 1945 tras el congreso se dividió en dos organizaciones el exilio, que no el interior.


UN EXILIO DEMASIADO LARGO


El mantenimiento y la liberación vitalicia en cargos de representación del exilio, la toma de acuerdos a nivel comités, el renegar de la línea mantenida por la élite del movimiento libertario durante la guerra civil, etc. consigue convertir una organización revolucionaria de masas en una secta dogmática extraña a los trabajadores. sin importarles el abandono a su suerte al que condenaron a los militantes de la CNT en el interior; causa de múltiples condenas a muerte y cárcel, caídas de comités nacionales, regionales y locales, etc. Esta división que se concreta en dos organizaciones distintas en el exilio durante quince años parece solucionarse momentáneamente en 1961 con el Congreso de Limoges al que asistió el Comité Nacional del interior. En este congreso se aprueba la puesta en funcionamiento de Defensa Interior que durante cuatro años realizará acciones armadas contra el franquismo, con caídas de jóvenes militantes que la dictadura no dudo incluso en condenar a muerte por Garrote vil (Granado y Delgado en 1964). En el congreso de Montpellier en 1965 volvieron a aparecer las divisiones y acusaciones esta vez contra Esgleas por su negligencia en D.I., en este caso por parte de, entre otros, Cipriano Mera y Octavio Alberola . La apertura de negociaciones entre responsables de la CNT del interior y representantes de Sindicato Vertical, el llamado “cincopuntismo”, permitió volver a pasar por alto los problemas y responsabilidades del exilio y comenzar una nueva caza de brujas, impropia de una ideología tan abierta y plural como la anarquista y la anarcosindicalista, cebándose en el desprestigio de militantes de sobrada relevancia en la lucha obrera y contra el franquismo por parte de quienes nunca trabajaron y nunca nada arriesgaron desde sus tranquilos despachos.


LA VUELTA A LA LEGALIDAD


Lucha por la preponderancia ideológica en CNT. V Congreso 1979 Con la muerte del Dictador y la recuperación de unas mínimas libertades comienza la reconstrucción de la CNT en todo el estado, en la mayoría de los casos en condiciones muy precarias, con una militancia muy luchadora pero poco formada ideológica y sindicalmente para afrontar el entrismo de partidos políticos marxistas (PORE, LC, POSI ...) y la labor sindical diaria en un periodo de lucha y movilizaciones continuas en la mayoría de los sectores de la producción. Las luchas tendenciales se manifestaron con extrema dureza durante 1978 y la división se plasmó en el V Congreso celebrado en la Casa de Campo de Madrid en diciembre de 1979. Congreso que debería aclarar las bases de actuación de la CNT ante la nueva sociedad en la que se estaba implantando. La caótica preparación del Congreso con retrasos y peticiones de no celebración, la desorganización de las votaciones, el asalto a los micrófonos, las posturas maximalistas en temas despreciables (si entran o no las cámaras de televisión), los abandonos irresponsables, continuados y masivos de las delegaciones, etc. hicieron que se terminase el Congreso con más confusión que claridad. Decenas de sindicatos, Regionales enteras intentaron impugnar el Congreso, pero surgió de nuevo la violencia y la caza de brujas contra el disidente, con agresiones contra compañeros, expulsiones, desfederaciones, etc. Periodo negro en el que la mayoría de la afiliación, miles y miles de militantes en potencia, se marcharon a casa, hastiados de peleas estériles entre compañeros, insultos, agresiones y del abandono del sindicalismo. Los “sindicatos” del nuevo régimen CCOO (PCE) y UGT (PSOE) Ante esta situación se frotan las manos los sindicatos correa de transmisión del PSOE Y PCE que aspiran a ocupar el espacio dejado por la CNT y de hecho lo ocupan sin dificultad alguna. El Pacto de la Moncloa demuestra sus “aspiraciones” a las claras: colaborar con el nuevo poder político y económico. Las elecciones sindicales que “democratizan” los Jurados de Empresa franquistas, convirtiéndolos en los aún vivos comités de empresa en las que la CNT renuncia a participar condenando a la marginalidad a un sindicato que por su trayectoria histórica y simpatías entre la clase trabajadora debería ser una organización de masas con influencia en toda la sociedad. AÑOS 80.


PACTO SOCIAL

Asentamiento definitivo de CCOO y UGT Si el Pacto de la Moncloa no había sido suficiente, cada año del principio de esta década los sindicatos oficiales firmaban un Pacto Social con la Patronal y el Gobierno (ANE, AMI, etc.) hasta llegar al Estatuto de los Trabajadores en 1984 que vino a dar el mazazo jurídico definitivo a las conquistas de los trabajadores e implantar los contratos eventuales; esto con un Gobierno del PSOE, por el cambio. La reforma industrial llevada a cabo contra la siderurgia vino a mostrar la cara real de un gobierno de los trabajadores. La división se plasma en dos organizaciones Una parte importante de los sindicatos que intentaron impugnar el V Congreso (cauce orgánico negado por la “fracción” entonces mayoritaria) celebraron en Valencia un congreso extraordinario que de hecho significa oficializar la ruptura en el anarcosindicalismo. Entre estos sindicatos se encuentran secciones sindicales y sindicatos con experiencia en la lucha sindical y también muchos de los militantes históricos que ya en el exilio habían conocido la división y el enfrentamiento. Acuerdan la participación en las elecciones sindicales que permiten la existencia de Secciones Sindicales en plano de igualdad a los demás sindicatos y la negociación de convenios. Pero ya es tarde, el desprestigio de la CNT y la propia división hace que no se llegue al conjunto de los trabajadores que según las encuestas de la época más del 10 % se sentían representados por la CNT. Los resultados de la llamada CNT renovada no llegaban al 2% y ello logrado con mucho esfuerzo. El Congreso de Unificación El congreso fue celebrado en el Palacio de Congresos de Madrid (con un desembolso económico impropio de una organización sin recursos) para unificar a la CNT Congreso de Valencia con la CNT-AIT (sector Bondía). Este personaje, Bondía, terminó elevado a los altares del despropósito, pues si cinco años antes había sido el máximo defensor de la ortodoxia, ahora participaba de una nueva ruptura que nada resolvía (el sector de la CNT que arrastraba a la unidad con la “CNT renovada”, con ser mayoritario no supo siquiera parecerlo) y volvía a sembrar un nuevo enfrentamiento entre los anarcosindicalistas. Siete años más tarde ese personaje reaparecería con cargo público impuesto por el PSOE en los (ne)fastos oficiales del V Centenario. Tras estos hechos hay que referir el recurso a de los tribunales del Estado sobre la propiedad de las siglas CNT. Esta dejación de principios y su consecuente resultado (adjudicación de la “propiedad” de las siglas a sólo una de las facciones) constituye junto con la propia ruptura de la organización en el 5º Congreso el hecho más nefasto que ha contribuido a separar cada vez más a las dos tendencias principales del anarcosindicalismo. La pérdida de las siglas obliga a la CNT renovada a adoptar otro nombre, CGT, cambio que fue aprovechado por el sector más reformista para llevar adelante sus propuestas en el congreso celebrado solo un par de meses después en la Casa de Campo de Madrid, con una organización prácticamente dividida al 50 % entre anarcosindicalistas y sindicalistas a secas. Solidaridad Obrera nace de este nuevo despropósito optando por seguir un camino propio que combine la participación sindical en la empresa con la acción revolucionaria, sin renuncias en ningún frente. En principio forman Solidaridad Obrera parte de los sindicatos de Banca, Transportes y Enseñanza de Madrid y Banca de Zaragoza. Muchos sindicatos y regionales no quisieron dar el paso de sumarse a esta propuesta por llevar varios meses trabajando el cambio de las siglas de CNT a CGT y no ver posible explicar a los trabajadores en general un nuevo cambio de denominación, al menos eso nos dijeron entonces. AÑOS 90,

MAS DE LO MISMO

Levantar Solidaridad Obrera una tarea dura. En Solidaridad Obrera desde el inicio impulsamos la lucha conjunta en la calle que permitiese acercar a las dos organizaciones principales aunque sin éxito alguno. Entonces fuimos catalogados de ladrones en CGT y de traidores disfrazados en la CNT. Fueron años en los que tuvimos que dirigirnos a los trabajadores en general y a los jóvenes en particular recuperando la lucha abierta en la calle de forma habitual. Los lazos que en estas movilizaciones logramos con grupos autónomos de barrio nos llevó a formar una alianza estable con la coordinadora de grupos Lucha Autónoma y a participar en movilizaciones tan importantes como la Marcha contra el Paro de Valencia a Madrid, a comenzar las movilizaciones anticárcel de los 31 de diciembre, las manifestaciones antifascistas del 20-N, la participación con grandes piquetes propios y conjuntos en las movilizaciones generales, la participación en los Centros Sociales okupados, en las luchas antimilitaristas por la insumisión, etc. Y definitivamente nos lanzamos a la convocatoria de nuestra propia manifestación del 1º de Mayo con una repercusión modesta pero parecida a la que las otras dos organizaciones anarcosindicalistas, mucho más grandes en tamaño, conseguían. Demostramos para quien quisiese mirar que era posible hacer anarcosindicalismo participando en la vida sindical en las empresas (negociar convenios, hacer grandes asambleas, defender a los afiliados, impulsar propuestas, huelgas, etc.) sin renuncias ideológicas u orgánicas de ninguna clase. Lo malo es que nadie quiere mirar, todos se conforman con autojustificarse.


LA SITUACION ACTUAL


Actualmente y tras varios años de trabajar propuestas unitarias para convocar manifestaciones, realizar campañas conjuntas, etc. ya es normal a ojos de los trabajadores más conscientes que muchas de las convocatorias de movilizaciones laborales vayan firmadas por los tres sindicatos anarcosindicalistas aunque solo sea a nivel de la capital del estado. Analicemos que ocurre en cada organización:


CNT-AIT


Poco a poco se está abriendo a posiciones menos ensimismadas y aislacionistas que las defendidas tradicionalmente, dando salidas negociadas a conflictos laborales en empresas privadas o con el estado que eran impensables hace unos años. La posición aperturista va siendo cada vez más mayoritaria, hasta el punto de ser catalogada parte de la organización de socialdemócrata por parte de grupos autodenominados insurrecionalistas. Tiene muy difícil dar un giro en su línea sindical pues seria reconocer la poca eficacia de una posición mantenida contra viento y marea durante 25 años. La unidad es también un tema muy difícil, pues mucha de su militancia actual se educo en el odio a la otra parte, culpable de todos los males, propios o extraños, del anarcosindicalismo.


CGT


Quince años después de pasar a denominarse así, reconocen haber perdido mucho ideológicamente. Están por ejemplo posicionados “por un cambio social”, pero muy lejos de tener como objetivo revolución social alguna. Su pragmatismo, el crecer por crecer, admitir las subvenciones estatales, entrar en la corrupción de los cursos de formación, admitir en sus filas y cargos de representación a quienes anteriormente estaban enfrente en múltiples luchas (profesionales de CCOO, PCE, MC, LCR, etc.).les ha llevado a no tener línea sindical de actuación clara como organización, si bien hay que reconocer que tienen ciertas secciones sindicales que funcionan correctamente y que son con mucho la organización anarcosindicalista más grande, con implantación real en casi todo el estado y en casi todos los sectores de la producción. La unidad no les causa problema alguno, el problema puede surgir si para esa unidad hay que renunciar a alguna de sus practicas no compartidas por las otras organizaciones anarcosindicalistas. Si aún mantienen como propuesta ideológica el anarcosindicalista se debe a la inexistencia en el país de un partido marxista mínimamente implantado a nivel nacional, ya que su desarme ideológico la hacen víctima fácil de este tipo de grupos. En manos de los militantes anarcosindicalistas de dentro y fuera de ella está el evitar, mientras aún se este a tiempo, que esta organización siga un camino similar al de la CGT francesa.


CNT de Catalunya (desfederada)


Se han quedado estancados en su prevista evolución, reconociéndoles desde sus inicios un talante mucho más abierto y plural que la CNT estatal. Parece que el camino de la unidad se podría recorrer sin muchos problemas. Solidaridad Obrera Tras 15 años de brindar una herramienta de lucha y unidad al anarcosindicalismo en particular, y a los trabajadores en general, hemos de reconocer que se nos ha negado el éxito aunque mantenemos un buen nivel de lucha abierto a la participación. La actividad del sindicato y su implantación han sufrido cambios bruscos en varias ocasiones, pasando de una militancia nutrida y activa a otra escasa y pasiva; dejando descansar el peso de la actividad diaria sobre un reducido número de militantes. La oportunidad de participar, decidir y hacer, sigue abierta a todos, si bien es cierto que el escepticismo comienza a impregnar a muchos militantes que en la actualidad parecen no tener relevo. Avanzar en el camino de la unidad y ampliar la participación de afiliados y militantes es lo que puede hacer que se recobren ilusiones y apoyos.


PROPUESTA DE UNIDAD




Nuestra propuesta va dirigida a cada una de las organizaciones anarcosindicalistas y consiste en formar un lugar de encuentro común para temas concretos que coordine y aúne las diferentes posiciones y de ser posible lance propuestas en unidad al conjunto de trabajadores y trabajadoras, con vistas a limar diferencias y recuperar entre todos la esencia del anarcosindicalismo en cada una de las organizaciones, lo que permitiría que en un periodo no demasiado lejano pudiésemos abordar la reconstrucción de la organización anarcosindicalista única, con un mínimo de garantías de éxito. A este lugar de encuentro podrá llamársele Coordinadora anarcosindicalista, coordinadora libertaria, revolucionaria u otra denominación, el nombre es lo de menos, lo importante sería su actuación. Partiríamos por tanto de la actual situación, sin necesidad de unificar organizaciones, sin necesidad de renunciar a nada, ni a estrategias (elecciones sindicales, sí o no), tácticas (subvenciones si o no), modelos de financiación (cursos de formación) o siglas que cada organización tiene y defiende. Cada organización enviaría dos delegados a la citada coordinación y sus decisiones serian mandatos de cada una de las organizaciones y no posiciones personales. Las decisiones se tomarían por unanimidad y de no llegar a ser unánimes no existirían. Cabe la posibilidad de que tal como ocurre en estos momentos varias de las organizaciones y no todas acuerden convocar un acto concreto, pero no se podría utilizar el nombre de la coordinación en ningún caso si no hay acuerdo unánime. El ámbito de actuación del elemento unitario que proponemos será el que las organizaciones quieran darle, por parte de Solidaridad Obrera no tenemos restricción alguna. Pero de partida habría temas que no deberían tener problemas por parte de nadie, como por ejemplo: Memoria histórica: 1ª Internacional. Defensa del pensamiento libertario, su plasmación histórica y sus figuras más carismáticas. Guerra y revolución 36-39. Lucha antifranquista. Maquis, Defensa Interior, laboral. Política: Campañas pro-abstención ante las elecciones políticas. Referéndums. Analizando cada caso. Social: Anticárceles, en solidaridad con los presos (FIES, Dispersión, enfermos en prisión). Antimilitarista, contra la guerra y el autoritarismo. Antifascista, contra las agresiones. Antiracista y contra la xenofobia. Discriminación por genero u orientación sexual. Ecologista. Laboral: Luchas generales: Huelgas Generales o movilizaciones contra reformas generales pactadas o no con los sindicatos del poder (CCOO-UGT), precariedad, deslocalización. 1º Mayo. Luchas unitarias contra la represión patronal o del estado de militantes. La coordinadora tendría un espacio concreto, con domicilio postal, teléfono, fax y correo electrónico. Planificará su actuación, además de atender los temas coyunturales graves. Las organizaciones que la componen atenderán los gastos de mantenimiento de la misma en la siguiente proporción: CGT 45%; CNT 25%, Solidaridad Obrera 20% y CNT (Ctnya) 10%